Como muchos ya sabréis el pasado viernes 11 de marzo, fui arroyado por una furgoneta mientras entrenaba por la N-2 (Cabrera de Mar).
Una carretera por la que he pasado cientos de veces, pero el día menos esperado te puedes cruzar con un inconsciente, que por ganar unos segundos es capaz de poner en peligro la vida de una persona.